La
cocina española es claramente buena, sana y variada. El buen acceso a
ingredientes de alta calidad forma la base de la dieta mediterránea de la que
nos gozamos a diario. Con las mismas materias primas, nuestros vecinos al otro
lado del mar hacen de ellas una preparaciòn diferente, y son las pastas las que
triumfan en la carta.
Estamos
hablando, por supuesto, de la cocina italiana, una cocina que ha evolucionado mucho
durante siglos, con la influencia de los asentamientos extranjeros. El prìmer escritor
de cocina conocido, fue un residente griego en Sicilia en 300 AC llamado
Arkhestratos. Escribió un poema sobre la utilizaciòn de los ingredientes de la
temporada y de alta calidad. Narrò que el aroma no se debe disfrazar con
especias, hierbas u otros aromas. Puso gran énfasis en la preparación simple,
especialmente del pescado. Incluso hoy en día se dice que lo màs simple es lo
mejor.
Sicilia
es conocido por tener una particularmente buena cocina. Tienen largas tradiciónes
culinarias con influencias de Roma y Atenas. En los años 800, Sicilia fue
invadido por los árabes quienes introdujeron alimentos como la espinaca,
almendras, arroz y cítricos. 300 años después, un rey nordico descubriò que los
habitantes de Sicilia hicieron finos palos hechas de harina y agua llamado
Trii, un nombre que todavìa se utiliza para el espagueti en el sur de Italia.
Los nordicos trajeron grandes barriles de bacalao (Baccalá) que pusieron a secar
en Sicilia. Bacalao es hoy en dìa un pescado considerado muy típico en èsta isla
italiana.
La
historia nos dirige hàcia el paseo marìtimo de Altea y Restaurante El Italiano,
el cual ofrece una carta tentadora mucho mas allà de la pizza y la pasta.
- Tenemos
carta nueva, dice Andrea Salerno, dueño del restaurante que con su encantador
acento italiano nos tienta con platos tìpicos de su ciudad natal Palermo en
Sicilia. - La carta està compuesta por mì, que yo soy el jefe de cocina,
enfatiza con toda la sinceridad.
Elegimos
dos aperitivos, primero mejillones hechos al estilo siciliano. Un buen plato lleno
de mejillones del dìa, servidos con salsa marinera y pan tostado como
guarnición. Por norma general, en nuestra zona se hacen los mejillones con agua
al vapor, o con vino en algunos casos, un poco de limòn y laurel. Salen muy
buenos, pero al estìlo italiano salen aùn mejor con su ajito y aromas. No es
exagerar al decir que son de los mejores que he probado en ésta zona, con la
excepciòn de Le Cabanon en Villajoyosa que tambièn tienen su receta especial
tratandose de éste manjar.
La
segunda entrada no es nada inferior al primero. Carpaccio, rodajas finas de
carne cruda, salpicadas con alcaparras, parmesano fresco, albahaca fresca y
aceite de oliva. Tan simple y tan bueno! Es un plato ideal para un sobremesa
con amigos. Necesita poca preparaciòn ya que el carpaccio se compra en paquetes
ya fileteados. Acompañado con un buen vino tendrás un auténtico plato anti-pasta
en un momento.
De la anti-pasta
vamos directamente al lo màs tìpico de todo. No hay comida italiana sin pasta! En
Restaurante El Italiano sirven pasta fresca, que es un autèntico placer para el
paladar. Compartimos dos platos, uno de pasta a la Palermo con la berenjena de
ingrediente principal y una de pasta bolgoñesa. Èste ùltimo es probablemente lo
màs tìpico en cualquièr restaurante, pero no menos interesante. De hecho, hay una
gran diferencia entre el espaguetis boloñesa de cualquièr restaurante y la
auténtica boloñesa italiana hecha por italianos mismos.
- Teneis
que probar la pasta a la Palermo, nos aconseja Paolo, el maitre que tambièn es
de Palermo. Aparentemente es su plato favorito, y poco se equivocò. Tiene un
sabor autèntico, y como hay que ser: con
abundante parmesano fresco por encima.
Aparte
de españoles y noruegos, encontramos en la mesa de al lado una pareja de
italianos. La conversaciòn es animada como solo entre los italianos. Que hayan
italianos de clientela en un restaurante italiano es un punto a favor. Eso
marca la calidad ya que hasta los italianos prefieren comer aquì. Muchos son
los restaurantes que aparentemente son italianos, pero luego se nota la
carencia de la cultura gastronómica italiana.
Al
elegir un postre, somos muy cliché y elegimos el tìpico tiramisú. Es pastel de
crema a base de bizcocho y mascarpone, café y cacao. Algunos rebañan con whisky
para darle un toque especial. Pero con o sin èste toque, el pastel tiene un
sabor absolutamente delicioso. Sin embargo, no es casero.
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